sábado, 28 de marzo de 2009

Hanley Ramírez se queja porque lo obligaron a pelarse

HOY DIGITAL-Dave Hyde Del Florida Sun Sentinel .Hanley Ramírez, el único Marlin con cinco estrellas en su curriculum, se paseó molesto por el clubhouse de los Marlins con un mensaje escrito a mano en su camiseta.

“Estoy cansado de esta mier…”, se leía.

El lo decía en serio. “Estoy molesto”, dijo.

En un día tranquilo de los entrenamientos de primavera, él hizo una bulla.

“Quiero ser cambiado”, dijo Ramírez, rápidamente.

No, no es verdad. Realmente no. Pero nunca es bueno que tu major jugador llegue a este punto de la primavera bateando .091 y le eche la culpa a unos tontos decretos de la organización.

Por un momento, Hanley vs. Marlins sonó como el principal evento de la primavera. Ramírez, por si no lo sabían, usaba trenzas.

“Tuve que cortarlas”, dijo. También tuvo que quitarse toda la joyería que usaba para jugar. “Es increíble”, dijo una hora más tarde en el dugout, todavía molesto. “Nosotros somos grandesligas”. Por alguna razón, los Marlins han adoptado una nueva regla de que no se permite el cabello largo ni usar prendas. “Queremos vernos como profesionales”, dijo el dirigente Fredi González. “Limpios y ordenados”. Pobre Fredi. El no tiene nada que ver con esa decisión, él tiene otras cosas en qué pensar, como por ejemplo, que no tiene un primera base, tiene huecos en el bullpen. Y ahora tiene una superestrella incómoda. Otros jugadores también tuvieron que pelarse, como Josh Johnson. Zoom Resultado de la reunión Luego de quejarse un día entero, el estelar Ramírez recibió una visita especial del presidente de los Marlins David Samson, el gerente Larry Beinfest y el asistente Mike Hill, quienes se reunieron con él tras un partido primaveral. Ramírez se reunió con los ejecutivos del equipo. Qué salió de ahí. “Todo está bien, me siento bien”, dijo Ramírez. ¿Y el mensaje de que quería un cambio? “Mi mente se calmó”, dijo. Ojalá este no sea un efecto Sansón que luego de haber perdido su melena a manos de Dalila se quedó sin fuerza para pelear.